Este es un plato que ofrece toda la intensidad del sabor a mar de estos moluscos, amplificado por los gambones frescos y con el aroma exótico de la salsa de Pad Thai. Es más sencillo y rápido de preparar de lo que pueda parecer a la vista del resultado. El secreto está en los ingredientes: materia prima de primera calidad y atención a que cada uno quede exactamente en su punto de cocción, ni más, ni menos.
Los tallarines de pasta de arroz resultan muy ligeros, la sal en escamas potencia los sabores y el jengibre rallado al final contrasta a la perfección con el picante de esta receta.
Los ingredientes:
Fideos de arroz (planos, tipo tallarines)
Zamburiñas (una bandeja de 8)
8 Gambones frescos
Aceite de oliva
Pimienta en grano (puede ser negra, o alguna aromática que combine bien con el marisco)
Cayena (según el grado de picante deseado, entre 2 y 3)
Salsa de Pad Thai
Jengibre
Sal en escamas
Preparación:
Lo primero, preparo la sartén en la que luego haré también la pasta, y la utilizo a modo de plancha. Paso las zamburiñas sin concha a fuego medio alto muy rápido, vuelta y vuelta, y lo mismo con los gambones, que queden hechos lo justo para asegurar que están jugosos por dentro y que no se endurezcan. Lo hago con un fondo de aceite, discreto pero la cantidad suficiente para tener una base bien impregnada del sabor marino del marisco.
Pelo los gambones, los reservo y utilizo todo el resto, cabezas y cáscaras completas, que con agua caliente y la batidora convierto en el caldo para hervir la pasta. Es fundamental tenerlo preparado y colado antes de seguir con los fideos que, una vez en la sartén, enseguida nos piden que echemos el líquido. Es importante además que el caldo esté entre templado y caliente y mantenerlo así para que cuando lo añadamos a los fideos, rompa a hervir rápido.
Vuelvo a la sartén que había dejado retirada del calor, y retomo el proceso con el aceite que ha quedado. Echo la pimienta entera, tal cual, que me encanta la sorpresa de encontrar los granos escondidos en el plato. Después la cayena, triturada con la mano, y añado una gota más de aceite.
En la misma sartén pongo los fideos, vuelta y vuelta. Añado el agua de las gambas, pasado una segunda vez por un colador fino hasta casi cubrir la pasta. Mejor quedarse cortos y añadir más caldo sólo si es necesario, porque en siete minutos como mucho los fideos estarán listos y deberán haber absorbido todo el caldo. Así que si nos pasamos, se nos pueden quedar blandos.
Dejo reposar un momento la pasta y enseguida a montar en el plato. Coloco dos zamburiñas y dos gambones en cada ración, y por encima un chorrito de aceite de oliva, sal en escamas, un poco de pimienta molida y jengibre rallado. Listo para servir en la mesa.
¡Que aproveche!
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