Es una cena que, siempre y cuando tengamos masa de hojaldre en casa, es perfecta para improvisar porque se hace en un momento y no da mucho trabajo. Además, una vez definido el patrón, la receta se adapta fácil a ingredientes alternativos. Sí es necesario tener huevos y queso, pero a partir de ahí las posibilidades de combinar otros ingredientes son muchas. Me encantan las espinacas, así que siempre que puedo las utilizo porque me parece que casan perfecto con un hojaldre como este, pero también funciona con champiñones o calabacín, por ejemplo.
La clave de esta receta es el contraste entre el hojaldre crujiente y la fina base de queso y huevo, que tiene que quedar muy jugosa. Recuerda un poco a una quiche, que por cierto es un plato que me encanta, y resulta más ligera.
El toque de curry también tiene un papel relevante en este encuentro de texturas, concretamente para acompañar la mezcla de sabores verdes con el fondo lácteo. Cuando me animo y le pongo lo suficiente para que se imponga, entonces prescindo de otros aderezos como el aceite de trufa, pero normalmente lo utilizo discretamente, así que conviven perfectamente.
Ingredientes:
Masa de hojaldre
Espinacas frescas, abundantes
2 huevos
1 queso fresco
1 chorro de leche
Curry
Sal
Pimienta negra
1 manzana en dados (vale cualquier variedad, pero si es de las rojas de sabor más intenso, mejor)
Piñones
Queso parmesano (rayado o en lascas)
Tomate natural triturado
Mantequilla para pintar el molde
Aceite de oliva de trufa para servir
Preparación:
Con el horno precalentado a 200ºC, se extiende el hojaldre en el molde con el papel por encima. 10 minutos y sacamos.
Hacemos una mezcla con los huevos, el queso, la leche, un par de pizcas de sal y el curry, y batimos todo.
Primero ponemos una capa fina de tomate triturado encima del hojaldre. Después vertemos la mezcla de huevos y lácteos sobre el tomate, y añadimos dados de manzana repartidos de manera más o menos uniforme por todo el molde.
Después lo cubrimos generosamente con hojas de espinacas (muchas hojas), unos piñones por encima también bien repartidos, queso parmesano rayado, un poco de pimienta negra, y al horno. Más o menos unos 20 minutos, con calor por arriba y abajo, y luego unos 7 minutos más con calor sólo abajo. Siempre a 200ºC.
Sacamos del horno y le ponemos por encima un chorrito de aceite de oliva. Por ejemplo uno aromatizado con trufa.
Se prepara en un momento y está delicioso. Ideal para una emergencia de falta de tiempo.
Que aproveche.
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