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Foto del escritorLa cocina de Bárbara

La empanada de Araceli Eiriz

Escultora madrileña, hija y nieta de gallegos, su obra se inspira en las formas de la naturaleza, para moldearla y recuperar su esencia. Cuando le pregunté si le apetecía entrar en mi cocina con alguno de sus platos, Araceli lo tuvo claro. Con las manos siempre en la masa y la minuciosidad propia de su alma de artista, nos ofrece una auténtica empanada gallega. Repara en todos los detalles necesarios para conseguir esa masa fina y sabrosa típica de este clásico de la cocina de Galicia.

Podemos elegir. Los rellenos pueden ser muy variados y es difícil decidirse. En este caso las propuestas son dos: de Bacalao con pasas, o de atún. Yo probaré con la de bacalao, que es una de mis favoritas y seguro que me traslada a mi infancia.

Familias amigas hasta el alma, la mía y la de Araceli, durante años compartimos vidas y cocinas. Ellos en nuestra casa, nosotros en la suya. Recuerdo a la abuela Catula, gallega hasta la médula, entrañable y siempre presente con esa autoridad discreta que propiciaba el orden distraídamente entre la panda de críos que nos juntábamos. Ellos eran cinco hermanos y nosotros, dos. Luego mi amiga Isi, única, mi amiga con mayúsculas. Sus padres, encantadores, José Ramón con ese don del discurso perfecto, inolvidable; y María José, maravillosamente práctica, tranquila y divertida. Y la pequeña, Araceli, una alegría en la casa, encantadora, creativa y revolucionaria.

Después de tantos años es maravilloso tener a Araceli en mi cocina con su empanada gallega, receta de familia con la que ya nos deleitábamos de pequeños. Ahora sólo queda disfrutar, al hacerla y al comerla. ¡Qué aproveche!


La receta de la empanada

Para el RELLENO


Ingredientes básicos:


· 3 cebollas grandes

· 1 pimiento rojo no muy grande

· 1 pimiento verde (2 si son de tipo italiano)

· sal

Para la de BACALAO, además:

· 500gr de bacalao desalado fresco (o descongelado), desmigado

· 120 gr de pasas (o al gusto), preferiblemente pequeñas. Si están muy duras se ponen un poco a remojo en agua

Para la de ATÚN, además:

· 75 gr de aceitunas verdes (manzanilla) sin hueso, cortadas a la mitad

· 450 gr de atún en aceite, desmigado

· 2 huevos cocidos picados

Sofreímos los ingredientes básicos en una olla con bastante aceite. Cuando está bien pochado se añaden el resto de ingredientes y se sala al gusto (a la de bacalao puede no hacerle falta: ¡probar antes!).

Para la MASA

Ingredientes:

½ kg de harina de trigo

1 huevo

1 cucharilla de sal llena

¾ de vaso tipo nocilla de aceite (mejor mezclar mitad oliva mitad girasol).

1 vaso de leche

En una ensaladera se pone la harina y se le hace un hueco en el centro donde añadimos el resto de los ingredientes.


Se remueve con un tenedor hasta que se mezcle todo bien y se integre toda la harina.


Se amasa a mano sobre la encimera. Si está como dura y seca, y “se abre” al amasar, se añade un chorrito de leche o de agua y se sigue amasando hasta la textura adecuada. Si por el contrario está demasiado pegajosa le añadimos un poquito de harina y seguimos amasando.



Con un cuchillo divido la masa en dos partes: una un poco más grande que la otra, que será para la parte de abajo de la empanada.


Empezamos estirando la mitad de la masa para la parte de abajo con un rodillo (o con una botella) sobre la encimera, hasta que quede muy fina.


Untamos la bandeja del horno con aceite.


Colocamos la masa encima de la bandeja estirándola hasta que la cubra entera y sobre por los bordes. Si se rompe se estira otro trocito de masa y se le pone un “parche” presionando un poco.


Se escurre el relleno y se reserva el líquido (si pusiéramos el relleno con el líquido la masa se ablanda y se rompe al coger las porciones ya horneadas).


Se coloca el relleno de la empanada sobre la masa estirada en la bandeja, repartiéndolo bien hasta los bordes.


De nuevo sobre la encimera, se estira con el rodillo la otra parte de la masa. La colocamos tapando la empanada y se recorta lo que sobra pasando un cuchillo sobre el borde de la bandeja del horno.


Hacemos un agujero en el centro de la masa de arriba, a modo de chimenea.


Enroscamos los bordes de la masa uniendo la parte de arriba y de abajo con ayuda de las dos manos.


Con la masa sobrante que se recortó se hacen palitos que pueden servir para decorar la empanada y para diferenciar la de un relleno de la de otro diferente. Si nos sobra masa se puede envolver en papel film y congelar.


Se unta toda la superficie con aceite, con la mano (los pinceles arrastran mucho). Si hemos reservado líquido del relleno podemos usarlo en vez de aceite.


Horno: Ponemos calor arriba, abajo y ventilador. Precalentamos a 200º, 10 min. (aunque la metiéramos antes de que esté caliente totalmente no pasa nada). Mantenemos a 200º y vigilamos a partir de 30 min. Estará lista cuando esté dorada.


Si metemos dos empanadas en el horno, cambiarlas de posición a mitad de tiempo para que reciban calor por igual por arriba y por abajo.


Sobre Araceli Eiriz:


La escultura como vocación aparece de manera tangencial, como por casualidad, durante los años en la Facultad de Educación, cuando asiste a su primer taller de escultura de la mano de Guillermo Lledó. Surge entonces el germen del que irá nutriéndose y desarrollándose de forma ya irreversible en el campo de la creatividad.


Su continua formación y desempeño laboral en terrenos relacionados con el diseño y el arte abocarán a que la escultura, finalmente, más allá de ser un lenguaje natural a la artista, se plantee como un estilo de vida.


Se formó en la Escuela de Arte La Palma de Madrid. Su bagaje profesional comienza de la mano de Venancio Blanco. Después trabaja en el taller de Cristina Iglesias y en la fundición Esfinge, de José Luís Fernández.


La inspiración en las formas de la naturaleza, incluido el ser humano como forma natural más cercana, y un constante proceso de reflexión, cuestionamiento, análisis, y posterior reducción a la esencia, dan lugar a un estilo propio en el que predominan las formas orgánicas. Un estilo que otorga igual importancia al volumen y al espacio, a la materia y al vacío, en el que dialogan lo cóncavo y lo convexo, y la continuidad entre planos y aristas hace que las formas fluyan.


Entre sus referentes más directos caben artistas como Henry Moore, Barbara Hepworth, Jean Arp, Noguchi, Ángel Ferrant, pasando por arquitectos como Zaha Hadid, Frank Ghery y Norman Foster, hasta diseñadores como Ron Arad, Philippe Starck, Karim Rashid… que no son sino la punta del iceberg de una lista que se alarga con incansable curiosidad.

En el último año compagina su actividad expositiva con la presencia de su obra tanto en cine (Adú, de Salvador Calvo) como en series de televisión (Dime quién soy, basada en la novela del mismo nombre de Julia Navarro, para Netflix).






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