La primera utilidad, la principal y más inmediata que hemos encontrado siempre a este artilugio de silicona, es la de preparar las patatas para una tortilla, mandolina mediante, o sea, después de cortarlas en láminas finas con una de estas temibles máquinas de hacer láminas. Con su ayuda se abrevian los tiempos y se facilita bastante la tarea; tanto, que se dan por buenos los reproches que puedan caerle al oficiante y a su tortilla del vago. Entre otros, uno fundamental: “la tortilla, como con patatas cortadas a mano y fritas en la sartén, de ninguna otra manera”. Ahí queda eso. Luego ya también, si queréis, nos metemos con lo de la cebolla.
Por Jorge Silva
Con todo, la tortilla de patatas “de microondas” tiene particularidades que merecen una entrada independiente. El resultado depende de muchos detalles y, si hacemos balance, tampoco es que este tipo de tortilla de patatas salga solo, sin alguna que otra dificultad. Y sí, con independencia de los procedimientos, lo de la cebolla es un temazo en sí mismo. También las proporciones de los ingredientes, o lo de “a mí me gusta más hechita”, que ya cayó el diminutivito. Hablaremos de todo ello en su momento.
Hoy íbamos a otra cosa, a una de las utilidades estrella de esta especie de “vaporera” de silicona. Está pensada para calentar e incluso cocinar alimentos en el microondas, gracias a una serie de características interesantes: es de material inerte, antiadherente por naturaleza, soporta altas temperaturas sin perder flexibilidad y su tapa garantiza una hermeticidad relativa. Es decir, evita que se derrame el contenido por salpicadura, controla la presión interna del proceso y si ésta es eventualmente excesiva deja salir aire y en su caso vapor. Muy poco, en ambos casos: lo que pongamos dentro se cocinará de manera uniforme sin apenas deshidratarse.
Hay otras ventajas interesantes del sistema, derivadas de una de sus características clave, la antiadherencia. Una es que se lava bien, otra es que permite cocciones relativamente cortas con muy poca grasa.
Decía que hoy íbamos a otra cosa, relacionada también con las patatas, pero otra cosa. La vaporera de silicona para microondas es perfecta para asar patatas en tiempos cortos, y fabricar así de manera fácil una guarnición saludable para todo tipo de platos.
Guarniciones de patatas asadas en poco tiempo, qué gran invento. Las que hacemos aquí llevan muy poco trabajo. Se lavan bien las patatas y -sin pelarlas- se cortan en rodajas de uno y medio a dos centímetros de grosor, o lo que nos pida el cuerpo. Después se colocan en este artilugio de silicona, sin secarlas, y mejor en capas. La humedad que conserven del lavado tiene enorme utilidad. Y va bien sazonar los estratos por separado: eso garantiza que cada trozo de patata tiene todo el sabor original previsto.
Sal, pimienta y un buen aceite suele ser aderezo suficiente. Dependiendo de la compañía o el plato principal, podemos añadir todo tipo de especias, hierbas e ingredientes complementarios. Si éstos requieren una cocción más larga, o el exceso de calor no les perjudica, podemos ponerlos al principio y lo dicho: por capas. Si, en cambio, son hierbas cuyo aroma crudo queremos conservar, mejor interrumpir el proceso y añadirlas al final.
Sobre la cocción de patatas en microondas hay una pregunta sin respuesta, por ahora, aunque tal vez algún ingeniero aeroespacial pueda ayudarnos. ¿Por qué tardan menos en asarse unas rodajas gruesas que unas láminas finas? La diferencia en tiempo no es pequeña. ¿Por qué ocurre esto?
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