Es la mejor receta de pimientos rojos del mundo. Fácil de hacer, saludable y acompaña bien cualquier plato. Eso sí, la tentación de rematar la salsa a base de pan es grande.
Ingredientes:
Pimientos rojos (3 o 4, que sean hermosos)
Aceite
Sal
Vinagre
Primero a fuego rápido y abierta la cazuela cinco minutos, después se tapa a fuego lento otro rato, y cuando se ponen jugosos, se añade un generoso chorro de vinagre y la sal.
Los pimientos se cortan en trozos irregulares, y recién lavados sin escurrir, se van echando a la cazuela con una base de aceite. Que crepite un poco con las gotas de agua y todo. Y de vez en cuando, vuelta con la cuchara, que no hace falta que cojan color.
Enseguida se baja el fuego y se tapan (a los 10 minutos más o menos), que suden un poco. Otros diez minutos, a ojo, y se añade un buen chorro de vinagre (de nuevo, al gusto, pero como mínimo generoso), y ahí se deja medio tapado a fuego lento. Puede necesitar fácil 30 minutos. Durante ese rato, ir dando alguna vuelta, y hasta que esté listo. El aspecto de la salsa es el que da la pista del punto. Hay un momento en el que espesa y queda anaranjada y homogénea. Hay que esperar un poco.
Al final, destapar y dejar que se mantenga un pelín espesa pero que se adivine la separación entre aceite y el jugo rojo del pimiento. Será entonces cuando el plato esté listo.
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