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Salsa pesto con almendras

En 5 minutos, propongo una salsa pesto que, en vez de piñones, lleva almendras. Cierto es que, visto el precio de los piñones y teniendo un almendro a rebosar de frutos en el jardín, la sustitución de uno por otro en la receta no puede decirse que tenga una gran dosis de ingenio e imaginación. Me vi casi obligada a probar, y con las plantas de albahaca que todavía están bien nutridas y verdes, me pareció el momento perfecto para hacer esta salsa de pesto concentrada, o mejor, este concentrado de salsa de pesto.


El resultado es fantástico. El queso añadido no era un parmesano, era un grana padano, que viene ser muy parecido y además estaba bien rico. El aceite, otro ingrediente definitivo en esta receta: elegí uno de oliva virgen extra de arbequina (Germanor de les Borgues Blanques) que es excelente. En cualquier caso utilicé poca cantidad, la necesaria para emulsionar, pero a la vez no la suficiente como para que la mezcla pierda esa textura pastosa propia de un concentrado de algo. Porque ésa es la idea, que el pesto quede muy concentrado, intenso de sabor y fácil de dosificar.


salsa pesto con almendras


Ingredientes:


Albahaca fresca 60 gr.

Almendra cruda y con piel 60 gr.

Queso grana padano (unos 20 gr.)

Sal (un par de pizcas...más o menos)

2 dientes de ajo

Aceite de Oliva virgen extra (lo que admita)


A la hora de servir, lo más fácil es poner una cantidad dada de esa esencia de pesto en un recipiente, y sobre eso añadir la cantidad de aceite que cada comensal prefiera para diluirlo al gusto. A partir de ahí, podemos servir alegremente sobre lo que nos plazca, bien sea un plato de pasta (que parece lo más obvio), o como aderezo de una carne bien guarnida de verduras y patatas, por ejemplo.


Con esta propuesta de concentrado de pesto tenemos dos grandes ventajas. Una de ellas tiene que ver con la textura de la salsa: es más fácil que quede siempre al gusto de cada uno y al de la ocasión, por ejemplo más espesa para acompañar una carne, más diluida para la versión más italiana de su uso.


La otra gran ventaja, es que nos evitamos posibles roces entre platos y cucharita que va y viene al tarro del pesto desde los platos de los variados comensales, generalmente ajena a los riesgos que a menudo conllevan estos viajes. La idea es ponérselo un poco más difícil a los mohos, evitando humedades y bacterias. Odio abrir tarros y que en el mejor de los casos, solo haya que tirar la capa superior del alimento que sea, porque allí se ha instalado algún tipo de moho. En fin, creo que a nadie nos gusta tirar comida.


Así que visto. Una buena salsa pesto, lista en 5 minutos, perfecta para ser servida a la medida de cada tipo de plato y a la del gusto de cada cual, y con más posibilidades de tener una buena y tranquila vida en nuestras neveras... ya que seguramente no muy larga.


Aquí dejo la video receta para más detalles.


Video receta:

salsa pesto con almendras


Creo que definitivamente me voy a animar a compartir más recetas de salsas, que acabo de darme cuenta de que no tengo más recetas de salsas publicadas, al menos no de mi autoría. Haciendo un poco labor de hemeroteca me salen dos, la Salsa de tomate de Luis Moya, bien de picante, y la bechamel de Javi Guereña, toda una inspiración.


Así que esto abre nuevos capítulos de salsas, seguro.


¡Que aproveche!

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