Cierto es que las coles de Bruselas son verduras pero, desde luego en este plato, merece la pena destacarlas así, por separado, como si fueran independientes y de una categoría propia. Por sus peculiaridades, su paladar y los beneficios que aporta a la salud. Es en este caso protagonista del plato, junto con los calamares troceados y, por supuesto, con las patatas de aprovechamiento, porque las tenía cocinadas de otra ocasión para acompañar una carne, creo, y me han venido perfectas para sentar otro de los pilares de esta receta, que contribuye sin duda al equilibrio.
Calamares y patatas es una combinación que nunca falla y, si hubiera alguna duda, basta echar un ojo a las papas con choco para darse cuenta de que se llevan estupendamente. Al duetto se unen en esta ocasión las coles de Bruselas, como digo, y la magia es que comparten el protagonismo sin estridencias ni discusión, en una convivencia creo que más que armoniosa.
Para hermanar los calamares, las coles de Bruselas y las patatas, utilizo una generosa variedad de verduras micronizadas, siempre aprovechando bien el verde de los tallos, que parece que tendemos a desechar sin sentido mucha parte vegetal comestible, de modo que nos perdemos los interesantes matices de sabor que precisamente suelen aportar.
El plato requiere además un condimento también generoso en variedad, y equilibrado en cantidades, para la buena convivencia de sabores. Una delicia dentro de la categoría de "guisaditos", de esos que entran bien en cualquier momento y que, combinando lo fresco con el recurso del congelado, en poco tiempo podemos improvisar un plato a la altura de paladares exigentes.
Ingredientes:
Los básicos:
Calamares troceados (valen los congelados)
Coles de Bruselas (ídem, aunque mejor frescas)
Patatas (eran de aprovechamiento, asadas en microondas)
Verduras micronizadas varias:
Puerro, aprovechando bien el tallo verde que compensa el dulzor
Apio, lo mismo, desde el tallo hasta las hojas verdes
Ajo (un diente partido a la mitad)
Jengibre (un dedo generoso, que el toque cítrico le va muy bien)
Y los condimentos:
Cayena, un par desde el principio
Pimienta negra en grano
Cúrcuma
Clavo
Vino blanco
Picada de almendra cruda
Sal
1 cucharadita de harina
Preparación:
Como decía, es una receta rápida de preparar. Lo que lleva más tiempo (y podemos endosárselo a un ayudante incauto) es micronizar las verduras, porque el resto del proceso es ir añadiendo los ingredientes al ritmo adecuado y darle el toque final cuando el exceso de líquido se evapora y aquello se transforma en un plato de tenedor. La opción de hacer una versión caldosa siempre está ahí, pero con los calamares troceados me hacía más gracia apostar por una terminación jugosa, pero no tanto como para necesitar plato hondo.
Las coles de Bruselas (mejor frescas, aunque la temporada es muy corta) las preparo primero al vapor, en la olla a presión si queremos ser más rápidos, con laurel en el agua para que aromatice un poco.
En cuanto al orden, primero sin duda el ajo y la cayena rota en la cazuela, con un chorro de aceite de oliva virgen extra, no muy escaso ya que será la cama para recibir la secuencia de verduras. Empiezo por el puerro y sigo por el apio, para que se vayan pochando, a fuego medio. A partir de ahí la verdad es que voy añadiendo condimentos según los tenga más a mano, y creo que no es crucial seguir un orden. Normalmente la pimienta negra en grano la añado enseguida, el jengibre, cúrcuma, clavo, la almendra...uno detrás de otro. Ahí sí, cuando tengo todo ya integrado, le añado la cucharadita de harina para que dore un poco entre las verduras y el fondo todavía de aceite. Doy un par de vueltas, y entonces el calamar troceado congelado, siempre a fuego medio, pero eso sí, tapado un rato para que suelte el agua y ésta no se evapore demasiado rápido.
Cuando ya está caldoso, destapo y añado el vino blanco para que siga el proceso de cocción evaporando el alcohol, así que destapado queda. Y en este caso, como las patatas estaban ya cocinadas, simplemente las añado cuando veo que ya casi está listo el calamar. Vuelvo a darles alguna vuelta juntos, y por último corono con las coles de Bruselas. No tenía tacos de jamón, que habría acompañado muy bien al plato, aunque tengo que decir que no se echaba de menos en absoluto. Tampoco habría estorbado.
El resultado, un plato súper saludable, vistoso, ligeramente picante… un plato marinero con un toque verde y un ligero fondo de cítricos muy bienvenido en el contraste con la pimienta. Se prepara fácil en unos 30 minutos, y merece la pena.
¡Que aproveche!
El video:
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